La fiesta Fiscal de piñera

¿Y DONDE QUEDARON LOS GRANDES GESTIONADORES?
Hasta noviembre, el gasto fiscal 2010 crecía alrededor de un 3,5% -con respecto al año precedente- y mostraba una tendencia a la subejecución en consideración con la meta proyectada del 8% para el 2010. Fue una sorpresa desagradable para la mayoría de los actores económicos que el gasto en diciembre creciera casi en 30% y este enorme incremento del gasto fiscal permitió llegar a un crecimiento del mismo de 7%.
La política fiscal fue expansiva el 2008 y 2009 como respuesta a la tremenda crisis económica mundial y esto permitió empezar una recuperación antes que muchos países, y por eso Chile es parte de ese ‘club de economías emergentes’ que salió antes de la crisis y buena parte de esta explicación es su política fiscal anticíclica y responsable (o sea, gastar cuando hay crisis y ahorrar en momentos de bonanza).
Es preocupante que el gobierno de Piñera haya seguido con el pie en el acelerador del gasto fiscal para 2010 y 2011 y nos anuncie que hasta el 2014 habrá déficit fiscal, cuando ya la economía ha recuperado su capacidad de crecimiento y parece razonable volver a la regla fiscal del balance estructural y no a la vía del déficit.
En momentos en que récord histórico del precio del cobre y, por tanto, cuando hay más ingresos fiscales extraordinarios -de cientos de millones de dólares- se hace necesario volver a la política fiscal del balance estructural antes del 2014. ¿Para que tener deficit fiscal hasta el 2014 cuando se tienen ingresos extraordinarios y perspectivas que no lo justifican?

El gobierno parece encaminarnos a una situación fiscal compleja: con peligrosos déficits fiscales , donde hay poca transparencia (el gobierno intentó eliminar glosas de información al Congreso mediante un requerimiento al Tribunal Constitucional que afortunadamente se rechazo) o con falta de diseños técnicos finos y eso sí con muchos recursos en la maleta fiscal (por ejemplo en Mideplan tiene 130 millones de dólares para un bono para las familias que viven en la extrema pobreza pero aún no hay un diseño técnico consistente con una política contra las desigualdades sociales de su Ingreso ético familiar y se termina distribuyendo estos recursos a las familias del programa Chile Solidario).
fuente : cambio21