INIA: Venta del patrimonio genético Chileno


ESTE GOBIERNO ES UN GOBIERNO “COLADOR” POR DONDE SE MIRE HAY PERDIDA DE RECURSOS Y PATRIMONIO DEL ESTADO.

Los sindicatos de trabajadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), dependiente del Ministerio de Agricultura, se querellaron en contra de su director, GUILLERMO DONOSO. Se le acusa, entre otras cosas, de entregar el catálogo de semillas a competidores privados. El desmantelamiento del INIA, afirman, tendría como fin favorecer a empresas de este rubro, donde figura la del padre de la ministra Ena von Baer, SEMILLAS BAER.
La misión del INIA
El INIA, que depende del ministerio de Agricultura, para quienes no lo saben tiene una importante misión: Es el encargado de desarrollar mejores semillas de papas, lentejas, porotos, choclos, arroz y cuánto alimento sale de tierra chilena para hacerlos más resistentes a las nuevas plagas o bacterias.
Dentro de sus funciones, además, está ser el guardián de ese valioso catálogo, que es hoy el verdadero patrimonio agrícola chileno. Por ejemplo, en el caso de una hambruna o crisis alimentaria, las semillas guardadas en los bancos de germoplasma -instalaciones especialmente adaptadas para la conservación de material genético- del INIA nos salvarían para volver a preparar alimentos tan comunes como una cazuela.
Una labor estancada desde que ocurrió el despido de funcionarios y que en el caso de sucumbir como institución, el INIA dejaría el camino libre a los principales productores agrícolas privados, entre ellos, el negocio del padre de la ministra vocera de gobierno, Erik von Baer.
Al respecto, el ex director del INIA en tiempos de la Concertación, Leopoldo Sánchez, refuerza la idea y dice que el líder del clan von Baer “miraría con mucha simpatía que el INIA desapareciera, pues ellos tienen recursos para desarrollar nuevas semillas e investigaciones relacionadas a plaguicidas, por ejemplo, pues tienen los recursos que un pequeño agricultor no tendría”.

Información privilegiada
Al despido de destacados investigadores agrónomos e ingenieros y la petición de créditos a la banca privada sin autorización del consejo del INIA, precisamente para pagar los finiquitos e indemnizaciones a los investigadores despedidos o obligados a jubilar de forma anticipada -situación avalada por el Minagri-, los trabajadores acusan a Donoso de que habría entregado información privilegiada a uno de las empresas privadas que participa en la venta de semillas. Hecho que motivó a la ampliación de la querella que interpusieron.
Según los trabajadores, se trata de un catálogo del total de semillas ingresadas a nombre del INIA desde que fue creado en 1964, el que habría sido entregado a Anasac, empresa controlada por la familia Num, tercera en importancia en términos agropecuarios en Chile después de von Baer y el propio INIA.
En la querella, los trabajadores explican que Donoso inició una negociación con Anasac para entregar a esta empresa los derechos de comercialización de las variedades que tiene INIA a su nombre. En ese marco, habría ordenado al entonces jefe del área de insumos tecnológicos, Belfor Portilla Rodríguez, a entregar información sobre los costos de producción de las variedades y otros datos relevantes a los representantes de Anasac, según dice la ampliación de la querella. Posterior a eso, Anasac desestimó el negocio y Donoso, a nombre de la dirección de INIA, envió invitaciones a otras empresas a participar como accionistas de una nueva empresa llamada Seed Innovation S.A., con la cual no ha establecido qué tipo de relación tiene.
“Las semillas generan un valor que no es estimable. Nosotros somos los registradores de semillas por ley en Chile. Tenemos bancos de germoplasma donde están guardadas todas las semillas que se encuentran en el país. Eso es estratégico y el INIA, como organismo del Estado, es el dueño de todo ese material genético. Es un tesoro. Imagínate eso en manos de privados”, dice Víctor Kramm, uno de los representantes de los cuatro sindicatos que tiene el instituto.
Respecto a la entrega de información privilegiada a Anasac, el Ministerio de Agricultura no respondió las consultas. Así como tampoco lo hizo el acusado, Guillermo Víctor Donoso Harris, a quien The Clinic Online intentó ubicar, pero no respondió los llamados.
Por Ricardo Ahumada
The Clinic

articulo completo fuente: accion verde