Belen Hidalgo denuncia a Negro Piñera de violencia en Cerro Castillo

¿Quién autorizó que José Miguel Carlos Piñera Echenique ingresara a la casa presidencial sin complicaciones ni permisos?, ¿Quién le dijo que la casa que fue entregada a los Presidentes de Chile en 1930 podía ser ocupada para su uso y abuso?, ¿Sabe el “Negro” Piñera que en ese palacio, el Presidente de la República desde el regreso de la democracia, pasa su noche en vela el 10 de marzo, pocas horas de ir a tomar el poder de la Nación?, ¿Sabía el Presidente Piñera que su hermano menor utilizaba (¿o usa?) a su arbitrio la casa reservada sólo para los Mandatarios?, ¿Sabe el “Negro” Piñera que desde el regreso de la democracia el Palacio del Cerro Castillo es un lugar inmaculado, donde Aylwin no dejaba ir ni siquiera a sus ministros, donde Frei recordó a su padre que también lo usó y cultivó el jardín como pocos, donde Lagos “construyó” la República de sus sueños y donde Bachelet estuvo en la terraza mirando con sus ojos claros y abiertos junto con su pequeña hija una sencilla puesta de sol? Y donde su hermano, trata desesperadamente de buscar ideas para subir en las encuestas y en el esquivo cariño de la gente.
Extracto del relato de Belen Hidalgo
“Otro hecho de violencia, ocurrió en el mes de febrero del año 2011, en el Casino Enjoy de Viña del Mar. Estábamos en la caja del casino cambiando plata, y de repente me dijo: “Que miras, no mires mi plata”. Le contesté que no estaba mirando su plata que no me interesaba. El había consumido alcohol. Se molestó por mi respuesta y me pegó una patada en el estómago. Muchas personas vieron cuando me pegó. Los guardias del lugar llegaron a ver qué pasaba y él como siempre enfurecido, alterado y en forma muy violenta gritaba “déjenme tranquilo, no saben. quién soy, soy el hermano del Presidente de la República de Chile hago lo que quiero”.
“De este episodio hay registros ya que todo fue grabado por las cámaras de seguridad del Casino de Juegos. Luego de lo ocurrido, nos fuimos a Cerro Castillo donde nos quedamos por ese fin de semana y el siguió tomando alcohol. Mi miedo hacia él era de tal magnitud ya que me perseguía por la casa gritándome que me iba a matar, que me pegaría, por lo que me escondí debajo de la cama de la pieza de servicio. Cuando el se durmió saqué mis cosas y me vine a Santiago, aterrada”

fuente: cambio21.cl